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Plan nacional de acción de eficiencia energética

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Energías renovables. Eficiencia energética

El Plan nacional de acción de eficiencia energética 2017-2020 es un informe trianual en el que España da cuenta de la evolución del país en la materia, siguiendo la directiva de la Unión Europea de 2012 que obliga a los países miembros a exponer sus actuaciones para fomentar el ahorro de energía y la utilización de energías renovables, con la vista puesta en reducir paulatinamente el abastecimiento dependiente de fuentes energéticas contaminantes.

Con este objetivo, el Ministerio a través del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la energía (IDAE) ha promovido o tiene previsto promover un amplísimo abanico de medidas legislativas que abarcan desde los incentivos, bonificaciones y subvenciones hasta las penalizaciones fiscales, gravando por ejemplo con tasas especiales a los combustibles fósiles. Asimismo, a pesar de que el plan es transversal y afecta a multitud de ámbitos y sectores económicos tiene una incidencia particularmente importante en la industria, el transporte y la edificación.

Índice

Objetivos del plan

La Directiva 2012/27/UE estableció que en 2020 los estados miembros de la Unión Europea debían de cumplir una serie de requisitos en materia de eficiencia energética, incluyendo la obligatoriedad de que los países redujesen su consumo de energía en un 20% con respecto al escenario tendencial (es decir el que habría si no se introdujesen medidas de ahorro).

Con el Plan Nacional de Acción de eficiencia Energética 2017-2020 el Gobierno, a través del Ministerio de Industria y Energía, rinde cuentas ante la UE sobre las actuaciones desarrolladas o proyectadas, así como del grado de cumplimiento de los objetivos, detallando también las previsiones para 2020, el año de referencia para la directiva comunitaria.

Según el plan enviado ya a Bruselas ese umbral del 20% de ahorro en el consumo de energía será cumplido con creces por España, ya que se calcula una reducción del 24,7% con respecto al escenario base, aminorándose eso sí la previsión inicial de ahorrar hasta un 26,4%, una rebaja de las expectativas motivada por un crecimiento de la economía española que ha superado las previsiones, implicando como es bien sabido el incremento de la actividad económica una mayor demanda energética.

Con todo, la previsión de ahorro se aproxima al referido 25%, muy por encima del 20% exigido por la Unión Europea. Así, siempre según el plan, en 2020 en España se consumirán 122,6 millones de toneladas equivalentes de petróleo (TEP, la unidad de medida universal para fuentes de energía), suponiendo 40,2 millones menos que en el escenario tendencial.

Medidas adoptadas

El plan expone en detalle las iniciativas desarrolladas a lo largo de los últimos años para reducir el consumo energético, como por ejemplo la fiscalidad que afecta a la energía, que entró en vigor en 2012 y que ha supuesto un tercio total del ahorro obtenido, aplicándose gravámenes como:

  • Impuesto sobre el combustible nuclear gastado
  • Tasa sobre generación hidroeléctrica
  • Impuesto sobre combustibles fósiles
  • Impuesto sobre generación eléctrica, aplicándose sobre todas las fuentes

Igualmente, también han tenido una gran influencia los sucesivos programas de incentivos a vehículos eficientes (PIVE), habiendo supuesto en total una inyección de 1.115 millones de euros, a lo que se suman las ayudas del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía y de otros organismos, reflejando el documento más de 1.700 millones de euros de inversión tan solo entre el año 2014 y 2015.

Además, se ha creado un Fondo Nacional de Eficiencia Energética, que recauda más de 210 millones anuales de las empresas para destinarlo a fomentar un mejor uso de la energía, apoyando:

  • Proyectos de eficiencia y gestión energética
  • Proyectos de energía solar térmica, solar fotovoltaica aislada y biomasa
  • Proyectos relacionados con el transporte limpio y el uso de energías renovables

De igual modo, se han aprobado ayudas, subvenciones y bonificaciones específicas para la industria, el transporte y la edificación que explicaremos cuando hagamos referencia en el artículo a estos sectores.

Eficiencia energética en empresas

El documento del plan español preveía que casi 4.000 grandes empresas hiciesen una auditoría energética en las aproximadamente 27.000 instalaciones dependientes de ellas, cifrando el Idae en un 70% el grado de consecución actual de este objetivo, aunque la patronal de los auditores rebaja a tan solo un 33% el porcentaje de las compañías que van a adoptar las medidas recomendadas en las auditorías. También, se han ofrecido líneas de ayudas para actuaciones de mejora de la eficiencia, tanto para grandes empresas del sector industrial como para PYMES, incentivándose:

  • Mejora de la tecnología en equipos y procesos industriales
  • Implantación de sistemas de gestión energética

Para todo ello, se han aprobado subvenciones y créditos a fondo perdido por una cuantía de casi 50 millones de euros en una primera convocatoria y de más de 60 millones en la segunda.

Eficiencia energética en edificios

Otro de los ámbitos de actuación en el que se centra El Plan Nacional de Acción de eficiencia energética es el de la edificación, habiéndose desplegado una batería de medidas que buscan fomentar el ahorro de energía en cualquier tipo de inmueble, tratando de mejorar desde el aislamiento térmico hasta el aprovechamiento de la luz natural.

Asimismo, el documento del plan también recoge el logro por parte de la administración de la rehabilitación del 3% de su propio patrimonio inmobiliario. De modo que ente 2014 y 2017 se habrían conseguido acondicionar casi un millón de m2, superando en un 4% el objetivo trazado por Bruselas, lo que servirá para cubrir hipotéticos déficits de cumplimiento en años venideros.

En un principio quedaron exentos de reformas energéticas los edificios históricos, pero finalmente fueron incluidos por el Real Decreto 564/2017 debido a la exigencia de la Unión Europea, que llegó a abrir un expediente sancionador a España por esta cuestión.

Además, el decreto referido definió la figura del edificio de consumo de energía casi nulo, que ha de tener un reducidísimo gasto energético y abastecerse con energía renovable producida bien in situ o bien en el entorno más inmediato, debiendo todos los inmuebles públicos adaptarse para tener estas características y disponer de la preceptiva certificación energética. De igual forma, también se establece la obligatoriedad de que todos los edificios nuevos de las distintas administraciones sean de la modalidad de consumo nulo a partir del 1 de enero de 2019.

Igualmente, el documento del plan aborda todo lo relacionado con las rehabilitaciones de viviendas, oficinas y locales para optimizar el ahorro de energía, jugando en este sentido un rol muy importante las soluciones tecnólogicas domóticas (hogares) e inmóticas (edificios), ya que la automatización permite tanto reducir considerablemente el gasto energético como proporcionar más confort, dando la posibilidad de obtener:

  • Regulación de la ventilación y la iluminación en función de la hora del día y de las condiciones ambientales del exterior
  • Control autónomo del encendido y apagado de luces
  • Desconexión de circuitos eléctricos no prioritarios
  • Secuenciación del uso de los electrodomésticos

De manera similar, el texto también recoge todo lo referente a ayudas para actuaciones en inmuebles conducentes a:

  • Mejorar la eficiencia energética de la envolvente térmica
  • Mejorar la eficiencia energética de las instalaciones térmicas y de iluminación
  • Sustituir la energía convencional por biomasa en las instalaciones térmicas
  • Sustituir la energía convencional por energía geotérmica en las instalaciones térmicas

Eficiencia energética en vehículos

El transporte es un campo de importancia capital para el ahorro energético y la sostenibilidad medioambiental, de ahí que en sintonía con las directrices europeas España haya realizado un esfuerzo por fomentar el uso de vehículos eficientes, apostando por incentivar la utilización de coches eléctricos e híbridos. Así, se trata de propiciar una movilidad sostenible, dando respuesta al hecho de que más del 70% de las emisiones de Co2 provienen del transporte.

En este contexto, tal y como da cuenta el Plan de Acción de Eficiencia Energética, se han aprobado sucesivos planes PIVE orientados a premiar la compra de vehículos eficientes, entendiéndose como tales los totalmente eléctricos, los híbridos enchufables y los de gas, mientras que los de gasolina y gasoil de consumo optimizado estuvieron incluidos en todas las ediciones del programa con excepción de la última (pendiente todavía de aprobación). Además, la adquisición de coches eléctricos e híbridos también ha estado subvencionada por un plan específico el Movea, sustituido en 2018 por el Movalt.

Todo ello ha contribuido a mejorar las cifras de uso de vehículos eléctricos e híbridos, ya que si bien estos apenan son un 5,1% del porcentaje total de los automóviles que circulan en España, lo cierto es que está aumentando el número de coches de estas características, como lo acredita el hecho de que entre enero y septiembre de 2017 haya habido más de 45.000 nuevas matriculaciones, lo que supondría un incremento del 82,8% con respecto al mismo periodo del año anterior, según datos de ANFAC, la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones.

Unas actuaciones imprescindibles que también suponen una oportunidad

El ahorro de energía y el abastecimiento sobre fuentes no contaminantes resulta esencial para la supervivencia del planeta, existiendo consenso en torno a la idea de que un desarrollo económico insostenible desde el punto de vista medioambiental compromete el futuro de las generaciones venideras. Por ello, la Unión Europa en sus directivas sobre la materia incide en esta cuestión, obligando a los países miembros a desarrollar programas como el El Plan Nacional de Acción de Eficiencia Energética que hemos ido analizando.

Pero la apuesta por las energías renovables en lugares como España al margen de ser imprescindible por motivos ecológicos también supone una excelente oportunidad, dada la profusión de recursos naturales que tiene nuestro país y la carencia de fuentes energéticas tradicionales como el petróleo o el gas, que han debido de ser siempre importados con la rémora que eso conlleva para la balanza comercial y el crecimiento del PIB, particularmente en coyunturas de alza del precio de los hidrocarburos.

Además, España tiene compañías innovadoras en el ámbito de las energías renovables, ejerciendo de matriz de empresas que operan a nivel mundial. De modo que existe ya todo un caudal de experiencia acumulada que ha ser canalizado mediante una intensificación de la apuesta por la eficiencia y el ahorro energético, siendo para ello necesario un impulso todavía más fuerte por parte de las administraciones.

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