Las medidas anticontaminación, algo controvertidas y polémicas, del Ayuntamiento de Madrid parece que han convencido a la Unión Europea y por el momento la capital española no será sancionada por el Tribunal de Justicia europeo. Madrid Central llega por un repetitivo incumplimiento de los límites de dióxido de nitrógeno debido fundamentalmente al tráfico rodado. Pero Madrid y Barcelona no son las únicas ciudades europeas que vulneran la normativa en los límites de la calidad el aire. Países como Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Hungría o Rumanía están en el punto de mira del Ejecutivo comunitario.
Según un estudio de la Agencia europea del Medio Ambiente, AEMA, publicado y actualizado en el 2018, la contaminación atmosférica es el principal riesgo de salud en Europa, además reduce la esperanza de vida y contribuye a la aparición de enfermedades respiratorias, cardíacas, incluido el cáncer. Este informe que lleva el nombre de “Calidad del aire en Europa, 2017”, muestra que a pesar de las medidas que están llevando a cabo en muchas ciudades europeas, las altas concentraciones de contaminación siguen teniendo un alto impacto en la salud de los ciudadanos. Las más perjudiciales son las partículas (PM), el dióxido de nitrógeno (NO2) y el ozono troposférico (O3).
En Madrid ya conocemos las restricciones al tráfico, entre otras, para intentar reducir la alta polución en la ciudad. Pero, ¿Qué está ocurriendo en Europa? ¿Qué medidas están tomando otras ciudades europeas para reducir la contaminación causada por el tráfico?
Como regla general, se puede afirmar que son en las capitales donde encontramos las políticas medioambientales. Los peajes, la disminución de la velocidad o la utilización de etiquetas por colores según contaminen los vehículos, son algunas de las medidas para reducir el acceso al centro de la ciudad. Vamos a verlo por países.
Índice
Medias anti contaminación en París
Quizá estemos ante una de las ciudades europeas más implicadas en tomar medidas contra la alta polución en sus calles debido al tráfico rodado. En la capital francesa el auge de los coches eléctricos se ha disparado, cada vez hay más carriles bici y la oferta del transporte público se está reforzando.
Desde julio de 2016, los vehículos más contaminantes no pueden circular entre semana, desde las 8 de la mañana a las 8 de la tarde. Estos vehículos son aquellos particulares matriculados antes de 1997, los comerciales antes de octubre de 1997 y las motocicletas de antes de 1999.
París lleva poniendo en marcha desde marzo del 2015 la circulación alterna de matrículas cuando se superan los niveles establecidos de contaminación. De esta forma los vehículos con matrículas impares pueden circular los días impares y viceversa. Durante estos días la ley sobre el aire y el uso racional de la energía obliga a que el transporte público sea gratuito.
Además los ciudadanos franceses reciben ayudas económicas de hasta 400 € para fomentar la compra de una bicicleta y descuentos de hasta el 50% si utilizan el servicio francés que equivale a Car2go de Madrid.
Allí también existe la clasificación de las etiquetas ambientales, que es obligatoria para todos los conductores desde el 2017. Los llamados vehículos limpios, es decir, los eléctricos o que se mueven por gas, llevarán un distintivo verde. El resto va desde el 1 al 5, de más antigüedad al más nuevo.
La Alcaldía de París tiene la intención de prohibir la circulación de los coches diesel en el 2024 y los de gasolina en el 2030. El objetivo es convertir la capital francesa en una ciudad neutra de emisiones de dióxido de carbono.
Medias anti contaminación en Berlín
Desde el año 2008 la capital alemana declaró el centro como “Zona Ambiental” y sólo pueden acceder los vehículos que cumplen ciertas normas en cuanto a la emisión de gases. Además los conductores de Berlín deben llevar unas placas que identifiquen su coche como poco o muy contaminante. Los que lleven la de color verde significa que son los más limpios y los únicos que pueden acceder al centro de la ciudad. Los de color amarillo o rojo sólo pueden circular fuera de esa zona de descongestión. El que no respete estas normas es sancionado económicamente. Los vehículos de gasolina o diesel que no tengan convertidores catalíticos se queda fuera de este sistema. Como novedad, Berlín tiene previsto crear una serie de “autopistas” reservadas exclusivamente a los ciclistas.
Londres y su tarifa de congestión
Con el fin de evitar la contaminación producida por los vehículos diesel y los de gran tamaño, Londres implantó en el 2008 lo que se conoce como “zona LEZ”, es decir, zona de bajas emisiones. Cubre casi toda la ciudad. Unas cámaras recogen los datos de las matrículas para comprobar si cumplen o no las condiciones para circular dentro de esta zona. Funciona las 24 horas, los 365 días al año.
La capital británica tiene un sistema llamado “tarifas de congestión”, que consiste en limitar la circulación por el centro de la ciudad. Funciona de lunes a viernes, desde las 7 de la mañana hasta las 6 de la tarde. Hay que pagar por entrar a Londres una especie de peaje de casi 13 € (11,50 libras). Aquellos vehículos que sean eléctricos o híbridos tienen la ventaja de obtener descuentos. A partir de abril del próximo año, conducir por la zona central de Londres puede tener un coste de 23,8 €, unos 11 euros sería como impuesto por congestión y 12,7 € como tasa de toxinas si el coche es contaminante. Pero estas medidas restrictivas no han acabado ni con los atascos diarios, ni con los índices de contaminación que superan los marcados por la Unión Europea. El alcalde de Londres se ha comprometido a erradicar la polución y para ello tiene previsto crear una Zona Ultra Reducida de Emisión, en inglés ULEZ. Abarca el centro de la ciudad y afecta a autobuses, camiones y autocares. Comenzará a funcionar en el 2019. Además los vehículos más contaminantes tendrán una carga adicional de 10 libras.
Otras de las medidas que encontramos en el Reino Unido es la prohibición de los vehículos diesel prevista para el año 2040.
Medias anti contaminación en Roma
En Italia no hay una normativa nacional con respecto a las medidas anticontaminación. Cada ciudad toma sus propias decisiones. Milán y Roma se encuentran a la cola de las 17 capitales europeas que más contaminan por el dióxido de carbono de los vehículos.
Con el fin de proteger su centro histórico, Roma ha optado, igual que París, por el sistema de circulación alterna por matrículas, cuando los niveles de contaminación son muy altos. Dependiendo del día, sólo pueden circular vehículos con matrícula par o impar. La capital italiana ha creado 4 zonas diferenciadas. Por el centro histórico sólo pueden circular los vehículos autorizados y eléctricos. Según te vas alejando de esta zona, las restricciones van disminuyendo.
El Ayuntamiento romano tiene previsto prohibir el acceso de vehículos diesel a partir del 2024.
Copenhague y sus autopistas para ciclistas
Lo más destacado de esta capital europea son sus autopistas para ciclistas, con el fin de garantizar rutas seguras y más ecológicas de entrada a la ciudad y evitar la utilización del coche. Se prevé que para el próximo año se inauguren más de once autopistas de este tipo. Los ciudadanos de Dinamarca son los reyes de la bicicleta, más del 50% va a trabajar cada día en bici. La capital danesa se ha planteado como objetivo para el 2050, ser una ciudad libre de combustibles fósiles. De hecho está llevando a cabo políticas de limpieza de residuos, empleo de energías alternativas como la eólica o sistemas de calefacción eficientes.
Bruselas, la más peatonal
La capital belga ha optado por peatonalizar el centro y cerrar las calles al tráfico rodado. Así desde junio del 2015, los bulevares y calles adyacentes al centro histórico de Bruselas sólo pueden transitar los peatones. Al igual que en Madrid, aquí también se limita la velocidad a 50 km por hora cuando hay episodios de alta contaminación .Otra de las medidas del gobierno regional belga es la celebración de “las semanas de la movilidad”, con el objetivo de animar a sus ciudadanos a dejar el coche en casa y utilizar el transporte público.
En febrero del 2016 Bruselas anunció la prohibición de los vehículos diesel de más de 10 años a partir de este 2018.
Medias anti contaminación en Lisboa
En la capital portuguesa llevan algo más de un año vetando la circulación a todos los vehículos matriculados antes del año 2000 por el centro de la ciudad, desde las 7 de la mañana hasta las 21,00 horas en días laborables. Unas restricciones que afectan también a los matriculados antes de 1996, con excepción de los residentes.
Malmöe, ciudad de la sostenibilidad
Encontramos las ciudades más ecológicas de Europa. Así en la ciudad de Malmöe, que está unida a Copenhague por un puente, se ha reforzado el uso de la bicicleta hasta el punto que hay 430 km de carril bici. La movilidad eléctrica, reforzar el uso del transporte público y restringir la circulación de los vehículos diesel son los tres pilares que encontramos en las ciudades suecas.
Oslo y sus peajes
La capital noruega tiene restringido también el acceso al centro con un peaje de 3,5 euros. Pero para aquellos que tienen coche ecológico, tienen descuento. Oslo tiene previsto para el 2019 impedir el paso de todo vehículo privado al centro de la ciudad y reducir a la mitad sus emisiones de gases efecto invernadero en cuestión de cuatro años.
Ámsterdam
La capital holandesa es otro de los referentes de las bicicletas. Pero también ha puesto en marcha otras políticas ambientales como nuevos sistemas de calefacción, que consisten en llevar el calor a las casas gracias a una instalación central y un reparto de tuberías. Pretenden acabar al 100X100 con el gas natural en el 2050.
Suiza, la menos contaminante
En ciudades como Ginebra, Berna o Zúrich han peatonalizado sus cascos históricos y apenas registran contaminación por la circulación de vehículos.
Qué ocurre en Atenas
Tiene desde 1982 implantado el sistema de circulación por matrículas. Sólo dejan circular por el centro de la ciudad los días pares a los vehículos con matrículas pares y durante los días impares a los que tengan matrícula acabada en impar. Una medida que sólo se suspende los meses de verano.